Recuerdo cuando era pequeña que para saber alguna cosa tenía
que ir a la enciclopedia, buscar el tomo y encontrar la palabra. Para
comunicarme con alguien tenía que esperar a llegar a casa coger el teléfono
fijo con un tiempo muy limitado de hablar puesto que la cuenta subía y cuando tenía que pasar un trabajo tiraba de la
máquina de escribir. Pero ahora todo eso
ha cambiado y vivimos en la era de la inmediatez
donde coexisten muchas ventajas pero también muchos peligros con graves consecuencias.
Es evidente que las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación
(TIC) están teniendo un lugar
destacado en nuestro día a día, puesto que las prestaciones y comodidades hacen
que sea muy difícil renunciar a ellas. Es evidente que facilitan las tareas y
además se obtienen respuestas rápidas
y recompensas inmediatas.
En los posts anteriores he centrado la atención a las adicciones a sustancias pero creo
importante dedicarle algunos de los escritos a las adicciones conductuales de las que tanto se está hablando
últimamente por la cantidad de adolescentes que tienen este problema de
adicción. Pero en las dos hablamos del
mismo concepto: “adicción”.
Esta se define como una actitud o conducta generada como consecuencia
de una dependencia.
La adicción es el abuso habitual de una sustancia o actividad, independientemente de la
voluntad, con resultados de dependencia.
Esta afecta al cerebro, y su finalidad es la de encontrar recompensa o alivio ya sea a través de sustancias o mediante determinadas
conductas. La persona obtiene una sensación de bienestar y gratificación cuando
realiza la actividad. Por el contrario cuando no la realiza, las sensaciones van
a ser negativas causando estrés y ansiedad, potenciando aún más la adicción.
Es importante dejar claro que cualquier conducta placentera
es susceptible de convertirse en adictiva, con lo cual cualquier niño o joven
es vulnerable ante el riesgo que esto supone.
Este verano cuando estaba en el comedor de un hotel a la hora comer, me di cuenta que había un 30% de los niños que estaban comiendo con el
Ipad o el móvil delante. E incluso algún niño que cuando comenzaba a llorar, inmediatamente los padres utilizaban cualquier
TIC para calmar a sus hijos, eran “chupetes” en forma de pantalla.
Pero, paremos un momento en esta escena. ¿Qué estamos
enseñando a nuestros hijos desde pequeños? A que continuamente busquen el
placer, la recompensa inmediata y por otro lado, cuando no lo tienen, ¿volvemos a
utilizar las pantallas para calmar su dolor?
Entonces, ¿Qué estamos enseñando a nuestros hijos
emocionalmente y conductualmente desde pequeños?
Una madre hace poco en la consulta me hablada de su hijo de 12 años que nada más llegar del
colegio ya había planificado una partida al Fortnite con unos amigos y gente de
otra ciudad a los que no conocía. La partida duró mucho tiempo y cuando se
dieron cuenta no había hecho ni los deberes ni ninguna de sus
responsabilidades. Esto se empezaba a repetir con más frecuencia, aumentando en
número de horas los fines de semana. Las consecuencias fueron nefastas y ya cuando
se dieron cuenta era difícil de parar sin hacer tratamiento.
Pablo (nombre ficticio) empezó a aislarse, a tener cambios
de humor, su rendimiento escolar se vio afectado, se fue separando de su grupo
de iguales, descuidó considerablemente sus responsabilidades e incluso su
cuidado personal, hábitos de higiene y alimentación.
Pablo a través de los videojuegos tenía la posibilidad de
moverse en un mundo irreal donde encontraba una sensación de poder, ante un enemigo que
podía vencer y cuanto más tiempo pasaba delante de la pantalla más seguro se sentía. Pablo encontraba a través de las pantallas la oportunidad de
mostrarse no como era sino como le gustaría ser. Tras una pantalla es más fácil,
pero esto le estaba privando de socializarse, de madurar como persona,
careciendo de recursos personales con un creciente aislamiento.
Desde muy pequeñito había vivido en contacto directo con las
pantallas, sin limitaciones y sin conciencia de peligro por parte de sus
padres.
Es un claro ejemplo de adicción, aislamiento, irritabilidad,
cambios de humor. Ansiedad, pérdida de
control, impulsividad, baja tolerancia a la frustración, ausencia de límites…
Pero para que quede más claro me gustaría enumerar las
consecuencias de las adicciones a las nuevas tecnologías:
1
|
Utilización
de gran parte de su tiempo a las tecnologías digitales
|
2
|
Cambios
negativos en el rendimiento y/o comportamiento escolar
|
3
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Abandono
de responsabilidades
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4
|
Aislamiento
tanto de su grupo de iguales como familia. Facilita relaciones sociales
ficticias
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5
|
Ansiedad,
estrés
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6
|
Ausencia
de control de los impulsos
|
7
|
Cambios
de humor, irritabilidad
|
8
|
Aumento
del secretismo en cuanto a su comportamiento de uso con las tecnologías
aumentando las mentiras
|
9
|
Acceso
a información no apta a su edad con contenidos violentos, sexistas,
ilegales….
|
10
|
Problemas
de comunicación
|
11
|
Conflictos
familiares y sociales
|
12
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Disminución
de la atención
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13
|
Dejadez
en cuanto a cuidados personales tanto en hábitos de higiene como de
alimentación
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14
|
Trastornos del sueño
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15
|
Aumento
de gastos económicos por encima de sus posibilidades.
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16
|
Exposición
de datos personales
|
No son sólo las consecuencias, sino que en un inicio también
las tenemos que considerar como señales,
privarse del sueño, ir descuidando otras actividades importantes, tiempo
ilimitado delante de una pantalla, mentir, aislarse…
Examinado este cuadrante ¿no merece la pena dedicar tiempo a
la prevención? porque si hay algo que
no dejaré de repetir es que la prevención se hace desde la INFANCIA, ya que a veces cuando llegan a la adolescencia ya llegamos
tarde.
Pero, ¿Qué medidas preventivas podemos tomar desde casa? ….. os
invito a mi próximo post que se centrará en esto.
Hace poco mi hija me dio un “toque de atención” cuando me
dijo una tarde “mami quieres dejar el
móvil por favor”. Desde entonces es muy
posible que si por la tarde cuando estoy con mis hijos me mandáis un whassap, no
os conteste.
Cualquier consulta no dudéis en escribir vuestros comentarios abajo.
Nos vemos en el próximos post.
Anais
Anais