lunes, 23 de noviembre de 2020

EL PODER DE LA PALABRA "CUANDO"

 

Prevención de adicciones

Recuerdo de pequeña pedirle algo a mi madre y en algunas ocasiones solía pedirme alguna cosa a cambio, algo que debía hacer para obtener aquello que le había pedido. Esa reacción, lejos de entenderla, me causaba mucha rabia y frustración. La espera es algo que cuando eres pequeño cuesta mucho y, a veces, de mayor también.

Ahora que ya tengo una edad, que trabajo en una profesión donde lo educativo prevalece por encima de todo y, sobre todo, por que soy madre, me he dado cuenta de lo importante, pedagógico y necesario que es el “cuando”.

Paremos un momento en su significado y seamos un poco más conscientes de lo que implica. El cuando hace referencia “al tiempo en el que” o “el momento en el que…”.  Cuando le preguntaba a mi madre si íbamos a ir al parque o hacer alguna actividad, ella normalmente ponía en alguno momento esa palabra “cuando hayas recogido la habitación...” o “cuando hayas terminado la merienda…”, por poner algunos de los ejemplos más cotidianos.

En mi cabeza eso sonaba a negación, es decir, al no tener de manera inmediata aquello que yo deseaba pensaba que ya no lo iba a conseguir. La realidad es que eso era un sí: "Sí vamos a ir, si te lo voy a dar", pero tan solo tenía que hacer algo antes para conseguirlo, ¡así de sencillo! Si quería ir al parque sólo me tenía que comer el bocadillo de la merienda, ese momento dedicado a ello y cuando terminara de hacerlo obtendría lo que había pedido

Al utilizar el “cuando” con nuestros hijos, les estamos dando la oportunidad de entender que las cosas no se consiguen de manera inmediata y de la manera que quieren. Es necesario enseñarles a saber esperar, puesto que la tolerancia a la frustración será más alta enseñándoles a gestionar mejor aquellas cosas no les salgan cuando y como ellos quieran.


LA IMPORTANCIA DEL ESFUERZO

Por otro lado, este “cuando” también ayuda a educar en valores, les enseña indirectamente la importancia del esfuerzo para conseguir alguna cosa ya que se han de implicar, poner de su parte para poder conseguirlo, es decir, se empiezan a implicar en aquello que quieren conseguir por lo que les estamos educando en la responsabilidad (ver entrada del blog: Autonomía y Responsabilidad).


Nuestros  hijos son expertos en regalarnos una gran batería de demandas en todo momento que estamos juntos. Las demandas son variadas, pero casi todas empiezan por un “quiero” y si a la primera les decimos que sí a todo ,no les enseñamos que a veces las cosas no se consiguen de forma inmediata, en este sentido les estamos sobreprotegiendo, teniendo un efecto negativo en ellos a la hora de gestionar las cosas cuando no les salgan de la manera que tenían planificado.

De mayores, son niños que abandonan con facilidad aquellas cosas que se les complican, son niños con muy baja tolerancia a la frustración y que se les hace un mundo todo aquello que implique alguna responsabilidad.

Al utilizar el “cuando”, al ser un adverbio de tiempo, les ayuda a ordenarse, primero hay que hacer esto y luego la siguiente tarea (para ir al parque primero tengo que hacer los deberes). Es decir, primero tengo que hacer aquello que implica mi responsabilidad y luego obtengo un momento de diversión.


LA IMPORTANCIA DE NO RENDIRSE

Pero el “cuando” también lo podemos utilizar en más versiones, por ejemplo “en caso de que” o ”si”. Mi entrenador de natación siempre me suele decir antes de hacer una travesía: “Cuando pienses que no puedes más, tú sigue nadando” y eso es lo que hago (¡Por el momento no he abandonado ninguna travesía que he empezado!). Ese “cuando” en la cabeza tiene un fin. Si aparece en mi cabeza el abandonar, tengo algo que me hace pensar que puedo seguir, y sigo. Estas mismas palabras las utilizo casi todos los días con mis pacientes adolescentes y con los que no son tan adolescentes, pero sobre todo con mis hijos. Con el objetivo de enseñar a nuestros hijos a continuar en aquellos momentos donde los pensamientos a veces se convierten en jaulas en forma de “no puedo” o “no soy capaz”.


LA IMPORTANCIA DE REAFIRMAR SUS ACCIONES

Por último, y no menos importante, el “cuando” en sus muchas versiones educativas también lo podemos utilizar en forma de “puesto que” o “porque”. Se trata de validar y escuchar aquello que nos cuentan nuestros hijos: “cuando tu lo dices es porque es verdad”.


EL LADO OSCURO DEL “CUANDO”

Pero, ojo ¡CUIDADO! No me gustaría terminar este artículo sin antes hacer una reflexión importante y es como en muchas ocasiones utilizamos ese “cuando” en forma de temporalidad para mi errónea: “Cuando YO tenga tiempo: te escucho, te atiendo, juego contigo, hablamos, me cuentas, te cuento…”. Mientras utilizamos este tipo de “cuando”, nuestros hijos crecen y, como digo muchas veces, cuando llegan a la adolescencia la comunicación, a veces, ya está rota. Utilicemos más el “AHORA” y no tanto el “cuando”, ya que este “CUANDO” no educa. Con este tipo de “cuando” lo que hacemos es no disfrutar de ellos sino no estar presentes.

Mi madre utilizaba esa maravillosa frase: “Cuando seas mayor comerás huevos”. Nunca la entendí y, tengo que confesar que, a día de hoy sigo sin entenderla. Me consuela pensar que todavía no la he utilizado con mis hijos.