domingo, 18 de febrero de 2018

PREVENCION DE DROGAS EN ADOLESCENTES


Si hay algo que me he encontrado a lo largo de mi experiencia profesional como educadora social en un centro de tratamiento de drogas trabajando con adolescentes, es la venda que muchos padres y madres, se ponen en los ojos a la hora de pensar: “mi hijo/a no”. Todos los demás amigos/as suyos sí, “pero el mio/a NO”.

Esta venda impide ver, ver una realidad, la realidad que cuando nuestros hijos/as salen de casa, no sabemos bien donde van y con quien están.

Porque, seamos realistas, cuando salen con los amigos/as, no sabemos dónde van.

Muchas madres y padres me comentan que hay que tener confianza en nuestros hijos/as y, sí claro está, hay que darles confianza, pero nunca hay que perder de vista donde están y con quien están. Ya sé que es una difícil combinación, pero merece la pena intentarlo.

Pero…¿cuándo podemos hablar de una prevención en cuanto al consumo de drogas? Es evidente, viendo las últimas estadísticas en la que ha disminuido la edad de inicio de los niños/as en alcohol y THC, en la que los nuevos planes de estudios no están ayudando en absoluto a esto, sino todo lo contrario, puesto que la edad de entrada en el instituto es a una edad que yo considero muy temprana, empujando a los niños/as a hacerse mayores antes de tiempo.

Habéis escuchado la frase… “ yo a su edad todavía estaba jugando a las muñecas”, y ahora los vemos en la puerta del instituto, con un lenguaje no muy respetuoso con sus grupos de iguales y alguno de ellos/as fumando.

Pero la verdadera prevención en cuanto al consumo de drogas NO empieza en la adolescencia ni en la preadolescencia, sino que se realiza DESDE LA INFANCIA.

Es evidente que nuestros hijos/as van a salir con los amigos/as y se van a encontrar con alcohol y los efectos “positivos” a nivel relacional que tienen. Y tampoco podemos negar lo “guay” que es “liarse un porro” y el ritual que esto conlleva pasándolo de uno en uno como si de la pipa de la paz se tratara.
 
Negar que se lo van a encontrar es un error, y negar que en algún momento lo pueden probar es otro error, y negar que los efectos que tienen, les pueden gustar y quieran,  también es un error.

Pero entonces si tenemos esta realidad que no pinta tan bien con nuestros hijos…. Como madres y padres…. ¿Qué podemos hacer???


Os espero en mi próximo post!

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