¿Qué es lo único que poseemos las personas, y por consiguiente las madres y los padres, y que será
imposible recuperar si lo perdemos o desperdiciamos? EL TIEMPO
Seguramente todos en algún momento habremos oído o dicho
expresiones tales como “No llego, siempre
voy tarde”, “el día no tiene suficientes horas”, “tengo muchas cosas que hacer
y muy poco tiempo”, y así podríamos estar enumerando muchas más similares.
¿Sabemos de cuantas horas disponemos a lo largo de una
semana? A priori, podría parecer que muy pocas por las cosas que realmente
hacemos en comparación con la cantidad de ellas que tenemos/deseamos hacer. ¡¡¡¡Pero la realidad es que a lo largo de una semana podemos hacer uso de hasta 168
horas!!!!
Por eso unas de las expresiones que más fuerza está cobrando
en la actualidad es la de “saber gestionar el tiempo” ya que no nos damos cuenta pero
el tiempo es un recurso muy valioso
y hemos de aprovecharlo de la forma más adecuada posible. Pero si miramos con
atención la expresión, “saber gestionar el tiempo” podemos darnos cuenta que en
el fondo es una expresión errónea ya que el
tiempo es imposible gestionarlo, diez minutos siempre serán diez minutos y
no podemos hacer que sean quince, por lo que lo único que podemos hacer es gestionar nuestra capacidad de atención
para que esos diez minutos sean lo más productivos posible.
Entonces, ¿Qué es lo que sucede para que no seamos tan
“productivos” a la hora de realizar nuestras tareas? Lo que sucede es que sin
darnos cuenta estamos rodeados de los llamados ladrones del tiempo, que
podríamos definir como aquellas situaciones, personas o cosas que nos sacan
de nuestro propósito y que nos provocan pequeños lapsos que si suceden de forma
continuada pueden llegar a afectar de forma muy seria a nuestra productividad.
Existen muchas situaciones o personas que nos roban el
tiempo, o quizás debamos decir, que nos roban
la atención, pero la mayoría de las veces no es culpa de estas situaciones
o personas, sino que es responsabilidad nuestra ya que somos nosotros
mismos quienes damos la "autorización" a que nos la roben. Esto va a obligar
a que necesitemos un tiempo extra en la realización de las tareas o
compromisos, obligándonos a buscar ese tiempo de otros sitios, siendo normalmente a costa de nuestra
familia, amigos y/o aficiones.
Hay dos tipos de ladrones del tiempo:
a) Externos: Son aquellos que no dependen de
nosotros.
b) Internos: Son aquellos que sí dependen de
nosotros.
Si bien existen ladrones del tiempo tanto en el ámbito
laboral (reuniones innecesarias, llamadas telefónicas,.. ), como en el ámbito
personal, nos vamos a centrar más en estas últimas ya que son aquellas que nos
pueden distraer a la hora de realizar nuestras obligaciones como padres de
niños/as en edad de crecimiento y/o adolescencia.
- Telefonía móvil: Sin lugar a dudas puede situarse en el número uno de las distracciones gracias a las notificaciones recibidas, y está claro que el culpable tiene nombre propio. Hay un estudio en el que se informa que se llega a consultar una media de 4 veces por hora el teléfono móvil ¿De verdad tiene prioridad un pulgar hacia arriba o una cara amarilla con unos lagrimones sobre la sonrisa del pequeño de la casa?
- Internet y Redes Sociales: Junto a la comprobación de las notificaciones de mensajería, está a la cabeza de las distracciones. ¿Cuántas veces llegamos a mirar la actualización de Facebook o de Instagram y más si hemos realizado una publicación? ¿Cuántas veces dejamos de hacer lo que estamos haciendo simplemente por el hecho de ver si tenemos un “like” más?¿Realmente es más importante un “like” que un “te quiero” de nuestros hijos?
- Aplazar tareas o procrastinar: “Esto si eso, ya lo haré luego” y ese “luego” seguramente será cuando tu hijo quiera jugar contigo o necesite la ayuda para realizar los deberes, perdiéndonos de esta manera aquellos momentos únicos que nos pueden ofrecer los pequeños.
- Interrupciones. Aparte del tiempo en sí que se pierde, luego debemos retomar la tarea por donde la habíamos dejado. Quizás no necesitamos tener la televisión encendida y ver los goles de nuestro equipo por quinta vez mientras nuestro hijo nos enseña el dibujo que ha hecho con la mayor ilusión del mundo y le contestamos con un simple “aha, que bonito”.
- No saber decir que NO: Aceptar peticiones que en el fondo no aportan nada y que únicamente decimos que sí por el hecho de ser aceptados por la gente, puede llegar a hacernos perder muchísimo tiempo.
- Multitareas: Querer hacer todo a la vez acaba dando como resultado no hacer nada. Por eso es importante realizar primero una tarea, y cuando se haya acabado, realizar la siguiente. El problema de tener multitareas lo encontramos en la falta de organización.
- Mala organización personal: Se puede llegar a perder muchísimo tiempo decidiendo qué es lo que se va a hacer cómo. Dedicar cada día un rato a organizar las tareas, además de hacernos aprovechar más el tiempo, nos va a dar la sensación de tener las cosas bajo control.
¿CÓMO COMBATIR A LOS LADRONES DEL TIEMPO?
Una vez ya sabemos qué y cuales son algunos de los posibles ladrones de nuestro tiempo, vamos a
buscar algunas claves para poder estar un paso por delante de ellos y así no
despistarnos y optimizar nuestro tiempo al máximo.
- Usar internet de forma racional: Establecer unos horarios para el uso de la telefonía móvil y de la electrónica, apagando la televisión, estableciendo límites para los videojuegos, internet o redes sociales.
- Planificar: Organizarse y planificar puede llegar a ser una tarea fundamental y una tarea clave. Hacer un pequeño listado de las tareas a realizar a lo largo del día con sus horarios aproximados, puede ser de una grandísima ayuda.
- Evitar el excesivo perfeccionismo: Muchas veces cuando realizamos una tarea y la finalizamos, somos capaces de repetirla varias veces más por el simple hecho de mejorar una situación que seguramente ya se encontraba más que bien. De esta manera, estamos desaprovechando un tiempo precioso para dedicarlo a otras tareas que requieran más atención.
- Potenciar la inteligencia emocional: Aprender a gestionar aquellos sentimientos que generan emociones negativas: Sentimientos de culpa, miedo, ansiedad,... que no aportan valor ninguno y que de no cortarse a tiempo pueden llegar a ser unos grandes ladrones del tiempo.
Hemos de ser conscientes que los ladrones del tiempo se encuentran entre nosotros formando parte
de nuestras vidas y que depende de nosotros el saber gestionarlos y
controlarlos para usarlos en nuestro beneficio.
“El tiempo es una de las pocas cosas importantes que nos quedan”
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